15 de octubre: Mujeres rurales, mujeres con derechos | Cuidar sí, pero en igualdad, sin discriminaciones 

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“En el Día Internacional de las Mujeres Rurales llamamos la atención sobre la sobrecarga de trabajo que afecta los derechos de este sector de la población que contribuye a la seguridad y soberanía alimentaria de sus familias, comunidades y del país, sin recibir la atención del Estado pese a las desigualdades que afronta”. 

Así se pronunció Elena Villanueva, del Programa de Desarrollo Rural (PDR) del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, quien deploró que sucesivos gobiernos mantengan como una deuda pendiente el impulso del desarrollo rural incorporando en ello el enfoque de género y dando garantía a la ciudadanía de las mujeres. 

“En el Perú cerca de tres millones y medio de mujeres viven en zonas rurales y más de 900 mil son productoras agrarias1. La división sexual del trabajo que caracteriza a nuestra sociedad es uno de los graves obstáculos para su desarrollo integral pues su tiempo está tomado por múltiples responsabilidades que incluyen obligaciones y tareas en el ámbito familiar, productivo y comunitario”, agregó. 

Villanueva explicó que la única Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo revela la brecha de género en ese ámbito: semanalmente, los hombres trabajan 44.35 horas en actividades remuneradas y las mujeres 29.07, mientras que esta relación se invierte en relación al trabajo no remunerado en el que las mujeres se desempeñan 47.09 horas y los hombres 20.11. 

“Esa desigualdad explica que las mujeres rurales, que se desenvuelven mayormente en la agricultura familiar, tengan menos recursos económicos porque su trabajo en la chacra con los cultivos, el riego y el cuidado de los animales no es remunerado, y menos el destinado a proporcionar los cuidados necesarios a las personas de su entorno”, dijo. 

Si todo el día están cuidando -remarcó- en qué momento se ocuparán de ellas, de desarrollar sus capacidades para el liderazgo y la participación equitativa en los espacios de decisión en sus comunidades y distritos. 

El trabajo de años del PDR con mujeres rurales vinculadas a la agricultura familiar permitió que conozcan a profundidad los impactos negativos de los roles tradicionales de género. “Mujeres y hombres están en condiciones de cuidar y nuestra experiencia nos demuestra que sí es posible avanzar en esta corresponsabilidad”, subrayó. 

En ese marco están impulsando la campaña “Mujeres rurales, mujeres con derechos: cuidar en igualdad para el buen vivir” que se sustenta en la demanda de oportunidades de las agricultoras para desarrollar plenamente sus capacidades. 

“Esta campaña que se realiza con el apoyo de la Agencia de Cooperación Vasca y de Mugen Gaitenik se dirige a mujeres y hombres para remover aquellas ideas machistas que consideran la subordinación femenina como parte de un orden establecido que cumplir y reproducir”, detalló. 

Y también -añadió- para hacer florecer esos anhelos de una convivencia basada en el respeto y la igualdad entre los géneros, que son dos ingredientes claves para el buen vivir con derechos.