16 días de activismo contra la violencia de género | Por el derecho de las mujeres rurales a vivir con autonomía y sin miedo

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En el marco de los 16 días de activismo global contra la violencia de género, el Programa de Desarrollo Rural (PDR) del CMP Flora Tristán destacó la movilización en Cusco de las productoras que se desenvuelven en la agricultura familiar para llamar la atención de la sociedad sobre su derecho a una vida libre de toda forma de violencia.

Elena Villanueva, socióloga responsable del PDR, resaltó la importancia de la decisión de muchas mujeres rurales que se desplazaron desde sus comunidades hasta las ciudades de sus distritos para manifestarse en las diferentes actividades por el 25 de noviembre, fecha emblemática para llamar la atención de la sociedad y del Estado sobre uno de los problemas más graves en el país.

“Han estado en varios distritos de Calca (Poques, San Salvador, Lamay y el  propio Calca) y de Quispicachi (como en Oropesa) con sus carteles y pancartas, movilizándose por las calles con mensajes claros frente al machismo y los roles tradicionales de género que reproducen y refuerzan las diferentes formas de violencia contra las mujeres”, expresó.

En los distritos de Calca y Lamay por ejemplo -añadió- los lemas hacían referencia a la discriminación y la división sexual del trabajo que, como sabemos, estructuran la violencia de género, situación que las mujeres rurales están poniendo en cuestión a partir del reconocimiento de su condición de ciudadanas con derechos.

El PDR del CMP Flora Tristán desarrolla Escuelas Agroecológicas Feministas (EAF) para promover el empoderamiento económico de las mujeres rurales para el ejercicio de su autonomía como parte de una ciudadanía plena. En este proceso acceden a recursos productivos, asistencia técnica y formación en género y derechos a través de una metodología de diálogo de saberes, participativa y dialogada, y con el empleo de su lengua madre, el quechua.

“Amar es compartir los cuidados del hogar y la familia”, “Igualdad sí, machismo no: quien ama no te discrimina”, “Cuidar en igualdad para vivir sin violencias”, fueron algunos de los lemas de las pancartas enarboladas por las mujeres productoras rurales.

Katherine Pozo, abogada integrante del PDR en Cusco, reflexionó sobre el rol de los municipios locales. “Existen las instancias distritales de concertación para la prevención sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres e integrantes del grupo familiar, que son espacios al más alto nivel presididos por las/os alcaldes/as, pero lo que falta es fortalecer la voluntad política para una acción prioritaria y con el presupuesto suficiente, pues de lo contrario las intenciones no se plasman en iniciativas concretas”, dijo.

El CPM Flora Tristán es parte de estos espacios en los distritos de Calca, San Salvador, Lamay y Poques, y también en Oropesa, donde cumple un rol de propuesta y vigilancia ciudadana, colocando además la realidad de las mujeres rurales, quienes sufren múltiples formas de violencia en una sociedad que todavía naturaliza estas manifestaciones que constituyen una vulneración a sus derechos humanos.

Actualmente 80 mujeres productoras de los cuatro distritos mencionados son parte de la EAF. Cada una gestionará sus invernaderos equipados con módulos de riego tecnificado por goteo y producirá hortalizas con el empleo de buenas prácticas agrícolas. Además, se organizarán para ejercer sus derechos ciudadanos y políticos e incrementar su participación en las decisiones comunales y en la incidencia local para la atención a sus demandas y propuestas.

Estas y otras acciones son parte del proyecto “Trabajando para lograr la autonomía política, económica y el ejercicio ciudadano de las mujeres rurales andinas de Calca frente a la crisis alimentaria y climática”, que cuenta con el apoyo de la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo y la institución Mugen Gainetik.