#24Junio | Día de la mujer y hombre del campo

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Lo que más deseo es que todas las mujeres del campo podamos vivir dignamente de nuestra agricultura, que tengamos agua para el riego y que no nos falte la buena salud, una vivienda que resista el cambio climático y educación de calidad para nuestras hijas e hijos”.

Así se pronuncia Haydé Flores, agricultora de la comunidad campesina de Omachurco, en el distrito de San Salvador, en la provincia cusqueña de Calca, donde la mayoría de familias se dedican a las labores agrícolas y pecuarias para salir adelante, aun cuando los impactos del clima les colocan cada vez mayores desafíos.

En este 24 de junio, que conmemora en Perú el Día de la Mujer y el Hombre del Campo, Haydé Flores representa la lucha cotidiana de las mujeres rurales del país, quienes enfrentan discriminaciones de género, raza y clase en un país atravesado por múltiples desigualdades.

Ella es una de las casi 700 000 mil mujeres peruanas que se desempeñan en la agricultura familiar, actividad de donde obtienen los principales medios para su subsistencia. Sin embargo, las sequías más frecuentes e intensas y el deshielo de los glaciares por el cambio climático, reducen las fuentes de agua, imprescindibles para seguir sembrando.

“Ahora que estoy participando en las capacitaciones de la Escuela Agroecológica de Flora Tristán me siento más contenta porque con todo lo que aprenda voy a aplicar en mi parcela para producir mejor, tener más alimentos variados y saludables, fortalecer la nutrición de mi familia y tener un dinerito mío para no estar estirando la mano al esposo”, afirmó.

Ochenta mujeres de los distritos de Calca, San Salvador, Coya y Lamay (en la provincia de Calca), son parte de un proceso formativo integral sobre sus derechos como ciudadanas y el manejo de buenas prácticas agrícolas. A la vez, están accediendo a invernaderos de 100 metros cuadrados equipados con módulos de riego tecnificado y tanques de agua, sobre los que tendrán la responsabilidad de la gestión, producción y toma de decisiones.

“Gracias a la Cooperación Vasca para el Desarrollo y la institución Mugen Gainetik estamos contribuyendo al ejercicio de ciudadanía y derechos de las mujeres rurales de Calca, las acompañamos en su proceso de participación e incidencia política a fin de que sus necesidades y propuestas lleguen a los municipios y sean tomadas en cuenta”, sostuvo Elena Villanueva, del Programa de Desarrollo Rural del CMP Flora Tristán.

Como manifiesta Haydé Flores –agregó- una vida con pleno bienestar es el derecho de todas las mujeres del campo quienes con su trabajo contribuyen a la seguridad y soberanía alimentaria, y a que se sostenga la agrobiodiversidad en el Perú.

“Las políticas para el cierre de las desigualdades de género en las áreas rurales requieren de la voluntad política y presupuesto en los tres niveles de gobierno para avanzar de manera urgente y concreta, más en estos momentos en que la pobreza rural se incrementa y afecta más a las mujeres”, puntualizó Villanueva.