Mujeres rurales, mujeres con derechos | Mayor igualdad para incrementar su respuesta a los desafíos del cambio climático
Las mujeres productoras rurales conforman una de las poblaciones en mayor vulnerabilidad al cambio climático porque dependen de la agricultura familiar para su sostenimiento diario, actividad fuertemente impactada por los cambios en el patrón de lluvias, y porque enfrentan junto con la discriminación por género otras por su ubicación territorial, origen étnico y condición económica.
En ese contexto la adaptación al cambio climático presenta mayores desafíos para ellas, frente a los cuales están respondiendo desde sus saberes ancestrales, organización colectiva y alianzas con organizaciones de sociedad civil. Sin embargo, la acción del Estado sigue siendo deficiente y sumando deudas con ellas.
Al conmemorarse este 26 de marzo el Día Mundial del Clima y de Adaptación al Cambio Climático, el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán expresa su reconocimiento al trabajo y aporte de las mujeres productoras rurales, quienes desde la agroecología están poniendo en práctica formas alternativas de producción agrícola que contribuyen a la conservación de los suelos, el agua y las semillas; y promoviendo convivencias para el buen vivir basadas en la igualdad y respeto entre mujeres y hombres.
El Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, a través de su Programa de Desarrollo Rural, viene desarrollando las Escuelas Agroecológicas para mujeres productoras de diferentes comunidades del departamento de Cusco, específicamente de las provincias de Calca, Paruro y Quispicanchi.
“Con las capacitaciones he aprendido a producir de forma agroecológica, sana, sin químicos que dañan no solo la salud de las personas sino de nuestra tierra y nuestra agua. Ahora sabemos adaptarnos al cambio climático con la producción de nuestras hortalizas en los invernaderos, que así como protegen nuestra lechuga, beterraga, pepino, zapallito, también nos protege la piel del fuerte calor”, expresó Felipa Noa Meza, productora de la localidad de Paruro.
Así como ella, mujeres que tienen como lengua materna el quechua, se dedican a la agricultura familiar y viven en condiciones de pobreza, están transitando por una ruta hacia el ejercicio de sus derechos sociales y económico productivos, en un contexto en que el cambio climático incrementa las brechas de desigualdad de género.
“Si nosotras tuviésemos las mismas oportunidades que los hombres para estudiar, capacitarnos, tener tierra productiva y decisión sobre el agua para el riego, aumentaríamos nuestra capacidad para promover cambios hacia la igualdad en nuestras casas y en la comunidad”, sostuvo Maribel Palomino, presidenta de la Asociación Provincial de Productoras Ecológicas de Quispicanchi (APPEQ).
Demandó a las autoridades de los municipios y de la región Cusco aprobar políticas públicas que cuenten con presupuesto para ampliar la producción agroecológica, organizar capacitaciones técnicas para las mujeres jóvenes y adultas, impulsar obras de recuperación de fuentes hídricas y desarrollar campañas de sensibilización en las comunidades sobre la igualdad entre mujeres y hombres.