Productoras andinas: agroecología con enfoque de género para enfrentar la crisis climática

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“Estamos capacitadas para el uso sostenible de la tierra y del agua en la producción de nuestras hortalizas”; “Gestionamos nuestros invernaderos con el empleo de prácticas agroecológicas”; “Empleamos semillas adaptadas al cambio climático”; “Producimos sabiendo que nos enfrentamos a la crisis climática para que este problema no nos venza”.

Esas afirmaciones reflejan la postura de las mujeres rurales de diferentes comunidades campesinas de Cusco que están actuando frente al cambio climático, considerado por Naciones Unidas y la comunidad científica global como la mayor amenaza para el planeta y la humanidad.

El 26 de marzo, Día Mundial del Clima y de Adaptación al Cambio Climático, es una fecha instituida por la ONU para sensibilizar a los Estados y a la ciudadanía sobre la urgencia de introducir cambios y acciones que frenen el calentamiento global. Los Estados tienen la responsabilidad de reducir sus emisiones de carbono y la población de exigirles que aseguren la sostenibilidad de la vida.

Desde el Programa de Desarrollo Rural (PDR), del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, se han promovido cambios en la política pública climática regional de Cusco garantizando que esta tenga enfoque de género, y se ha fortalecido el desarrollo de capacidades y el empoderamiento de las productoras vinculadas a la agricultura familiar, quienes constituyen uno de los sectores más afectados por la crisis climática.

“Nosotras estamos haciendo nuestra parte, hemos dejado prácticas agrícolas que no eran sostenibles y nos hemos capacitado para producir sano y a la vez cuidar la tierra y el agua que nos dan para vivir cada día, y que duren para las futuras generaciones, para nuestras hijas y nietos”, sostuvo Avelina Cruz, del distrito de Lamay (Calca).

Ciento cincuenta productoras rurales de las provincias de Calca, Paruro y Quispicanchi (Cusco) son parte de la Escuela Agroecológica Feminista del CMP Flora Tristán donde se forman de manera integral en el conocimiento y ejercicio de sus derechos, y en el manejo de buenas prácticas agrícolas para enfrentar los efectos del cambio climático.

“En el campo las mujeres viven desde hace muchos años la crisis climática: se ha alterado el patrón de lluvias y se han reducido las fuentes de agua, lo que tiene múltiples impactos en sus vidas, en lo personal, familiar, comunitario y productivo porque por los mandatos de género ellas son las responsables de los trabajos de cuidado”, manifestó Elena Villanueva, responsable del PDR.

Explicó que las acciones de la institución feminista están alineadas con los objetivos de desarrollo sostenible que buscan mejorar las respuestas frente a los desafíos climáticos. “Existe una gran responsabilidad en el modelo económico y de producción global que ha incrementado las emisiones que elevan sin parar la temperatura del planeta y corresponde a los Estados más poderosos tomar acción de manera urgente en la próxima Conferencia Climática Mundial de noviembre a realizarse en Brasil”, subrayó.

Y también -agregó- es urgente que escuchen las voces de las mujeres en su diversidad, rurales y agricultoras en este caso, que tienen propuestas desde su propia experiencia para hacer frente al cambio climático y restaurar el equilibrio en la relación naturaleza-humanidad.